lunes, 18 de octubre de 2010

Chautauqua, 1909

La semana pasada apareció en la nueva página de Facebook de Amics del Museu de l'Esperanto de Subirats una especie de pregunta de concurso sobre un dato poco conocido de la historia del movimiento esperantista. Al parecer, en el IV Congreso Internacional celebrado en Dresde en 1908 se decidió que al año siguiente se organizaran dos congresos, uno en Norteamérica (el quinto) y otro en Barcelona (el sexto). Un par de días después, en la misma página de Facebook, apareció la respuesta, ilustrada por una página del Diario de Villanueva y la Geltrú del 21-11-1908.


Por lo tanto, Chatangua. Pero ¿dónde demonios estaba Chatangua? Las búsquedas en Google no me ayudaron demasiado, así que decidí consultar un ejemplar de La Revuo de diciembre de 1908. En los cuatro meses escasos transcurridos desde el congreso de Dresde, la idea de celebrar un congreso en Estados Unidos ya se había desestimado, como queda claro en el artículo de Carlo Bourlet sobre los Floraj Ludoj («La proksima kongreso, kiu okazos en Barcelono dum la dua semajno de Septembro, jam organiziĝas.»). Sin embargo, en la sección «Felietono» del mismo número de La Revuo, consulto las noticias correspondientes a Estados Unidos (en esperanto Usono, sin duda uno de los topónimos más controvertidos desde el punto de vista etimológico).

Las noticias de Estados Unidos bajo el anuncio de una «buena noticia», un buen vino francés rebajado para los esperantistas (La Revuo, 4 (28), p. 43)

Allí acababa de nacer una «nueva y fuerte asociación nacional» que sustituyó a la antigua AEA y dividió «el continente» [Estados Unidos] en once distritos. Mediante un sistema de votación proporcional –similar al que se aplica actualmente para la elección del presidente del país–, los once delegados gobernaban los asuntos de la asociación mediante un comité ejecutivo cuyos tres miembros
residen este año en Chicago, donde se encuentra también la oficina central de Chautauqua y [se edita] la revista oficial Amerika Esperantisto.

Así pues, Chautauqua.

Chautauqua es un condado del estado de Nueva York, en torno al lago y la localidad del mismo nombre (mejor no entrar en la etimología de esta palabra de origen séneca [iroqués]). Fue en ese enclave rural donde en 1874 el pastor metodista John Heil Vincent organizó el primer campamento educativo de verano. Lo que empezó como una escuela dominical al aire libre de marcado carácter religioso pronto se extendió hasta convertirse (a principios del siglo XX) en todo un circuito de campamentos educativos de gran éxito en la América rural. Conferencias, teatro y diversas manifestaciones artísticas se dieron cita en esos campamentos (tent chautauquas)  que el presidente Theodore Roosevelt calificó como «lo más americano de América».


El fenómeno Chautauqua, que en 1920 contó con 93 circuitos en Estados Unidos que congregaron a más de treinta y cinco millones de personas en 8.580 campamentos,(1) fue languideciendo a partir de la Gran Depresión.



Esperanto en Chautauqua
No sólo el Diario de Villanueva y la Geltrú mencionó la decisión del congreso de Dresde de celebrar dos encuentros internacionales en 1909. El  New York Times del 23 de agosto de 1908 se hizo eco de la decisión:


Un mes antes (21-7-1908), el prestigioso diario neoyorquino había publicado un artículo sobre el primer congreso estadounidense celebrado precisamente en Chautauqua.

En solemne ceremonia se ha izado hoy la primera bandera de esperanto que ondea sobre suelo americano en los terrenos de la Asamblea de Chautauqua. Mientras el coro cantaba el himno esperantista, la enseña verde y blanca con una estrella verde sobre el campo blanco se izó al mástil entre los vítores de centenares de entusiastas del esperanto. Hoy se ha inaugurado oficialmente la Convención de Esperanto, la primera en este país.

En ese mismo día inaugural de la convención, Henry James Norman, del North American Review declaró en inglés:

En la actualidad sólo somos unos pocos soñadores, pero no olvidemos que todos los grandes proyectos los hicieron realidad hombres que sin duda eran soñadores, pero soñadores dinámicos: de Copérnico a Graham Bell, desde Galileo hasta Morse. El coronel Harvey es uno de esos soñadores dinámicos, porque no sólo está interesado en el éxito del esperanto, sino que me ha autorizado para que calcule con compañías navieras y de ferrocarril las tarifas para poder organizar aquí el próximo congreso universal de esperanto.

El esperanto había dado sus primeros pasos en Estados Unidos en el siglo XIX. En 1889, Henry Phillips, secretario de la Sociedad Filosófica Americana, tradujo el Unua Libro como An Attempt Towards an International Language, by Dr. Esperanto. La prematura muerte del entusiasta Phillips frenó posibles avances de la lengua en el país y hasta 1905 no se fundó el primer grupo esperantista en Boston (en febrero) y la primera asociación nacional, la Amerika Esperantista Asocio (en marzo).  En 1905 y 1906 florecieron números grupos esperantistas (Nueva York, Filadelfia, Chicago, Seattle...) y se fundó la primera revista: Amerika esperantisto.

«El fonógrafo te ayuda a aprender esperanto». Anuncio aparecido en Amerika Esperantisto (noviembre de 1908)


El periodista George B. M. Harvey (1864-1928) contribuyó en gran medida a la divulgación del esperanto con sus artículos en North American Review y allanó el terreno para la primera convención nacional en Chautauqua donde se renombró la asociación como Esperantista Asocio de Norda Ameriko.


Tras el frustrado intento de 1909, el 15 de agosto de 1910 Zamenhof se dirigió por fin a los esperantistas del otro lado del Atlántico en la apertura en Washington del VI Congreso:

Lando de libereco, lando de estonteco, mi vin salutas!

Notas:
(1) Charles F. Horner, Strike the Tents, the story of Chautauqua, Filadelfia: Dorrance, 1954, p. 94.

2 comentarios:

inro dijo...

Boníssima recerca.
Ja vaig veure que amb google sortien poques Chatangües; tanmateix n'apareixen algunes amb dates antigues i vaig pensar que potser era una ciutat que havia perdut importància.
Felicitats per aquesta entrada!
Una abraçada,
Joan

desespero dijo...

Gràcies, Joan.